viernes, 29 de junio de 2012

Resumen 1º Café Filosófico de Albacete (27/06/12): LA FELICIDAD

En primer lugar: gracias. Gracias a todos y a todas: a cuantos habéis respaldado este arriesgado proyecto con palabras de ánimo, a cuantos lo habéis apoyado con vuestra asistencia, a cuantos, con ilusión, habéis callado y hablado, a quienes tan bien me habéis aconsejado (Jorge Sánchez-Manjavacas, mamá...); en definitiva, gracias por participar en una idea cuyo fundamento no es otro que el de vencer a los demonios de la vergüenza, el miedo y la pereza para alumbrar ideas muy simples en el interior de cada cual. ¿La mía? Soñar despierto es posible... y ya lo era antes del pasado miércoles; lo realmente novedoso es el hecho de despertar en un sueño. Por ayudarme a hacerlo posible: gracias.

Y tal y como el título promete, trataré en las líneas venideras de ofrecer una síntesis del diálogo que mantuvimos acerca de la felicidad el pasado miércoles 27. Antes de comenzar, os recuerdo a todos que la siguiente sesión será el miércoles 11 de julio, de 18:00h a 20:30h y que estáis todos invitados (los que vinisteis, los que no pudisteis venir y los que queréis hacerlo). ¿El tema de la siguiente sesión? Tenéis hasta las 23:59h del martes 3 de julio para decidirlo en la encuesta que ya se encuentra abierta en este mismo blog (a la derecha de la página). Y ahora sí: la felicidad.


La felicidad


Al final de la 1ª sesión del café filosófico algunos de los asistentes, en una ronda de conclusiones, decían sentirse, tras la pequeña investigación grupal, si acaso todavía más confundidos que al comienzo de ésta. Y esto no es nada preocupante, sino, quizá al contrario, algo muy sano y natural. Pues, ¿quién en su sano juicio podría tener una firme conclusión acerca de una cuestión sobre la que tan dispares cosas dijimos y sentimos? La contradicción es algo normal. ¿Su "cura"? La reflexión constante e inacabada. Por eso animo a todos aquellos que  se sintieron perdidos y desorientados a continuar reflexionando (por mi parte no dejaré de hacerlo), a darse una oportunidad a sí mismos y a la propia capacidad de pensar por cuenta propia (si bien, además, recomiendo venir a compartir dichas reflexiones con el grupo).

Pero, con respecto a nuestra investigación... la primera pregunta era obligada: ¿qué es eso que llamamos felicidad? Seguida de preguntas como: ¿Por qué es interesante saber qué es? ¿Es algo a lo que llegar, algo sobre lo que se transita, o algo de lo que partir? ¿Se puede alcanzar o no?

- Si se puede: ¿Es efímera o permantente? ¿En esta vida o en otra? ¿Nos hacemos felices a nosotros mismos o nos hacen felices (otros seres, otras cosas)? ¿Quién/qué nos hace felices, cómo y por qué? ¿Es la felicidad una para todos o múltiple (cada uno la suya)? ¿Se puede hacer una lista de requisitos? ¿Cuáles serían estos requisitos y de qué tipo (materiales, sentimentales, virtudes...)?
- Si no se puede: ¿Qué lo impide? ¿Quién lo impide? ¿Cómo lo impiden y por qué?
Finalmente, la pregunta que cada uno ha de hacerse es: ¿soy feliz?

De la mano de Aristóteles, Epicuro, Marco Aurelio, Jean-Paul Sartre, Ortega y Gasset, Einstein, Immanuel Kant y muchos otros pensadores y pensamientos que empleamos para apoyar y reconocer nuestras propias reflexiones (que son las que vienen recogidas en este resumen), abordamos las anteriores cuestiones y, aunque de modo sucinto, podrían señalarse las siguientes conclusiones o ideas más importantes:

- El punto de partida es reconocer, como decía Aristóteles, que todos los seres humanos queremos alcanzar la felicidad. 
- A partir de aquí, todavía siguiendo a Aristóteles, tras darnos cuenta de que todos la perseguimos, descubrimos que no todos entendemos lo mismo cuando hablamos de felicidad. Por tanto: la felicidad es una construcción cultural y personal, en tanto que cada cultura tiene su propia concepción de la vida feliz y, aun dentro de ésta, cada individuo puede tener la suya particular. Así, pues, nos planteábamos, ¿cuál es el criterio para medir la felicidad?
- Nuestra investigación giró en torno a los siguientes elementos (que podrían responder a la cuestión del criterio), que pretenden representarla en la siguiente ecuación (adecuadamente matizada):

Felicidad = Ser  +  Estar  +  Compartir  +  Hacer + Esperar

La felicidad es "Ser", en tanto que la felicidad es percibida por un individuo que necesita conocerse a sí mismo y conocer su mundo, su vida. Como decía Ortega: "Yo soy yo y mis circunstancias; y si no las salvo a ellas no me salvo yo". El conocimiento es conciencia; y la conciencia de lo mejor y lo peor de cada uno es esencial para desarrollar de la mejor manera posible lo bueno (en la conversación se mencionaba "el diamante que todos llevamos dentro") y hacer frente a lo sabido malo (en un sentido moral). ¿Por qué desarrollar lo bueno y quitarle importancia a lo malo? Porque identificamos la felicidad con un tipo de perfección, con un tipo de estado de plenitud o satisfacción.

La felicidad es "Estar", en tanto que necesitamos un espacio en el que "Ser". Un espacio en el que, además, es imprescindible "Compartir": compartir lo propio, lo que uno es, y compartir no es otra cosa que amar y sentirse amado por la persona o personas con las que compartes y a las que amas.

Es importante, además, que en ese espacio en el que estamos, en el que compartirmos, amamos y nos aman, que en esa comunidad, tengamos la capacidad de "Hacer": de hacer lo que somos, de pulir ese diamante que reconocíamos al ser conscientes de que somos importantes (importantes para nosotros, que amamos, y para quienes nos aman) mediante el conocimiento de uno mismo y de las propias circunstancias. Y cuando esto no es posible o, más aún, aun siéndolo, es propio de la felicidad "Esperar", es decir, tener esperanza. Como decía Aristóteles: "la esperanza es el sueño del hombre despierto".

- Se mencionaba también el ejemplo de San Ignacio, quien proponía como fórmula de felicidad o filosofía de vida "en todo: servir y amar". Pero, ¿podemos servir y amar en todo momento sin exigir nada a cambio? ¿No es la reciprocidad una exigencia racional que todos hacemos a nuestros amigos y amores? Esto abrió una digresión en torno a la cuestión altruismo/egoísmo que nos llevó a la cuestión de la ambición y de sus límites para ser felices.

- Con los matices a la anterior fórmula, todavía es necesario precisar que en la necesidad de conocerse a uno mismo y a sus circunstancias se encuentra la clave del freno a la ambición ilimitada, generadora de estrés, agobio y malestar, que malentendemos y, en ocasiones señalamos como si en esta ambición destructiva se hallase la propia felicidad. Es necesario que cada uno sea, esté, comparta, haga y espere aquello que le es propio, posible, asequible, y que los sueños y esperanzas, de ser, sean realizables. ¿Dónde está el límite entre lo realizable y lo imposible? A este propósito mencionábamos la metáfora con la que Immanuel Kant describía la libertad (cito de memoria y, por tanto, mal): "Como una paloma que alza el vuelo pensando en lo alto y lo veloz que volaría si no tuviese frente a sí el viento que la frena... sin darse cuenta de que es precisamente gracias a este viento por lo que puede volar". En reconocer los márgenes de la propia acción y en actuar dentro de ellos podemos conseguir una felicidad asequible. "Busca tu centro, tu límite", se decía, y acto seguido se citaba a Epicuro: "Si quieres hacer rico a Pitocles no aumentes sus riquezas: ¡limita sus deseos!". Después, a Sartre: "La felicidad no está en hacer lo que se quiere... sino en querer lo que se hace". 

- Lo anterior responde a la pregunta "¿felicidad dónde: en esta o en otra vida?" Pues, siendo la actual vida la que acoge nuestras circunstancias, parece evidente que es en ésta donde cabe salir a su encuentro (sin menospreciar ni ridiculizar, por supuesto, la tendencia del espíritu humano que constituye el hecho de intentar salirse fuera de los límites del mundo, como señalaba Ludwig Wittgenstein).

- No es lo mismo ser feliz que estar contento; no es lo mismo ser infeliz que estar triste. A pesar de la común identificación de estos términos, estar contento o triste es el resultado de emociones primarias, de sensaciones y percepciones, mientras que la felicidad y la infelicidad son términos mayores, que no sólo están sujetos a la sensación, sino a la reflexión consciente. Aun así, la siguiente pregunta es interesante: ¿sonreímos porque estamos contentos o estamos contentos porque sonreímos?

- Lo anterior nos lleva a considerar que la felicidad no tiene por qué ser una meta, que la felicidad es o podría ser, como se apuntaba durante el diálogo, el mismo hecho de la búsqueda de la felicidad (el camino) o incluso el punto de partida para una vida buena (una actitud).

- También traíamos a colación el ejemplo de Immanuel Kant, quien pensaba que la felicidad no tiene por qué ser lo más importante de la vida humana. ¿Y qué podría ser todavía más importante? El deber, lo obligatorio, es decir, un ámbito de respeto y convivencia en el que, si no es posible llegar a ser feliz...¡que al menos se pueda convivir en paz! (Es lo que mencionábamos al respecto de las "éticas de mínimos" y las "éticas de máximos"). A la felicidad se invita, es decir, cada uno elige la suya y puede invitar a los demás a participar de ella, pero el ámbito de las leyes, de lo obligatorio para una convivencia pacífica es, sin duda, fundamental.

Finalmente, cada interlocutor presentaba sus conclusiones con brevedad. Estos son algunos ejemplos:

- "La felicidad consiste en seguir buscando, en salir a su encuentro en todo momento."

- "Compartir, servir y amar es la felicidad."

- "La felicidad es una actitud para afrontar el camino, ¡es el punto de partida!"

- "Fuera de nosotros hay muchas cosas que pueden hacernos felices, pero no solemos verlas: ¡sigamos buscando, ampliemos nuestro horizonte de visión, compartámoslo!"

- "Todos hemos tenido momentos felices a lo largo o corto de nuestras vidas. Recordarlos y compartirlos nos hace felices.

- "Volver a experimentar la felicidad ya conocida; eliminar lo perjudicial y llenar el hueco con lo bueno de la vida; hacer feliz a los que están cerca.

- "Regalar lo bueno, leer poesía, soñar y darse a la experiencia.

- "Después de esto no tengo una idea firme de felicidad, pero creo que no existe una felicidad absoluta. La actitud es lo fundamental, pues no es el "qué te pasa" sino el "cómo respondes a lo que te pasa".

- "Ahora tengo menos claro qué es la felicidad que antes de la charla... Y aunque creyese saber lo que es no me atrevería a compartir mi definición, pues no creo que pudiese estar muy seguro de la veracidad de tal definición.

- "Hoy por hoy creo que es un camino en el que el principal compañero de viaje eres tú mismo; el resto viene y va: ¡intenta hacerlos felices aun así! ¡Haz que las cosas pequeñas sean grandes! ¡HAZ PEQUEÑAS GRANDES COSAS! El camino a la felicidad es la propia felicidad. Vida y felicidad son una y la misma cosa.

- "Yo me quedo con tres cosas: 1) Con la idea de plenitud como felicidad. 2) Con que la actitud es fundamental: ¡tú te haces tu propia felicidad! 3) Con la idea de compartir. Esta última se me queda con dos frases que durante la tertulia me han impactado sobremanera: "La felicidad es servir y amar" y "Lo que no se da... se pierde".


Sin más, toca seguir sintiendo, reflexionando y, espero que ahora estéis tan convencidos como yo de que también es necesario seguir dialogando... Mi consejo: si puede ser en buena compañía, en un bello lugar a la sombra de los calores del estío y con una taza caliente o fría (según gustos): mejor.

¡Hasta la próxima, filocafeteros! ¡No olvidéis votar el tema que más os interese para la siguiente sesión!

Hasta entonces y, como deseaba Epicuro a sus amigos en sus cartas:
¡Salud y alegría!
Eduardo.

miércoles, 20 de junio de 2012

Próxima reunión 27/06/12: LA FELICIDAD


Tras la primera reunión de prueba que hicimos y que nos dio impulso para seguir adelante con esta iniciativa, fijando los días de las sesiones, buscando un lugar agradable en el que realizarlas y, asimismo, ir señalando con tiempo suficiente los temas que trataremos en cada una de éstas, quedan así las cosas a día de hoy:

PRÓXIMA SESIÓN
¿CUÁNDO? El miércoles 27 de junio de 2012, de 17:30h a 20:30h aproximadamente. Os ruego puntualidad (en la medida en que os sea posible).
¿DÓNDE?: En el Embrujo de Granada (Paseo de la Libertad, 11).
¿QUÉ TEMA TRATAREMOS?: El resultado de la encuesta da por ganadora a la felicidad, con un 61% de los votos; quedando con un 15%, un 1% y un 15%, las cuestiones sobre si el fin justifica los medios, verdad y mentira, y amistad, respectivamente.

Las reuniones quedan, pues, fijadas a los miércoles de 17:30h a 20:30h, cada quince días, salvo excepciones marcadas por el grupo. El lugar creo que es uno de los más propicios de la ciudad por el ambiente mágico que lo envuelve, su situación céntrica, el nombre de la calle (Paseo de la Libertad, ¡qué mejor lugar en el que dialogar libremente!) y la amabilidad de los dueños del local. Los temas de las próximas reuniones, en principio, surgirán al final de las sesiones, cuando, en unos 10-15 minutos cada uno haga su propuesta y decidamos cuál nos apetece/convence más, teniendo así quince días por delante hasta la próxima dosis filosófica para investigar sobre el tema.

RECOMENDACIONES
Aclarados los puntos anteriores, me dispongo a hacer algunas recomendaciones bibliográficas para aquél al que le apetezca leer algo sobre el tema (no es obligatorio); y, para aquellos que no puedan o no les apetezca leer, plantearé asimismo otro tipo de materiales (como películas, canciones), así como una serie de cuestiones con las que abordar el tema de la felicidad. Si a vosotros se os ocurre algo que queréis recomendar a los demás, podéis escribirme a cafe.filosofico.albacete@gmail.com o en Facebook a Eduardo Oliver Rozalén para enviarme vuestras propuestas con las que actualizar esta entrada.

Ante todo, unas PREGUNTAS que tener presentes a la hora de abordar el tema:
― ¿Eres feliz? (responde a esta pregunta con lo que creas en el momento presente, sin leer las preguntas que la siguen)
― ¿Qué es la felicidad? ¿Por qué es interesante saberlo? 
―  ¿De qué depende la felicidad, qué nos hace felices? ¿Existe una única forma de ser feliz (lista de requisitos) o hay muchas?
― ¿Cómo se consigue? ¿Es algo que se puede alcanzar (algo efímero, algo permanente) o es algo imposible (algo ya vivido, algo que no viviremos)? Si se puede, ¿cómo, mediante qué virtudes, actitudes u objetivos conquistados? Si no se puede, ¿qué lo impide? ¿Quién lo impide? ¿Cómo lo impiden?
―¿De quién depende? ¿Con quién se consigue? ¿Es la felicidad solitaria o requiere de personas alrededor? De haberlas, ¿quiénes son esas personas? ¿Por qué son ellas y no otras?
― ¿Es la felicidad una conclusión o un punto de partida (se llega a ella o se parte de ella)? ¿A la felicidad se te invita (tienes que conseguirla de tal modo) o, de llegar, te sobreviene azarosamente? (¿Casualidad o causalidad?)
― ¿Eres feliz? (tras responder a todo lo anterior)

Si se os ocurre alguna más que añadir, comunicádmelo.

BIBLIOGRAFÍA:
Antes de citar algunos libros que yo he leído o que conozco sobre el tema de la felicidad, me pregunto: ¿qué libro no trata sobre este tema directa o indirectamente? ¿No es uno de los temas que más preocupan a la humanidad? Tomada en cuenta esta consideración, prosigo:
Forma en la que cito los libros: APELLIDO, Nombre (autor); Título (en cursiva), lugar de publicación, editorial, año de publicación de la edición). 

CLÁSICOS:

― ARISTÓTELES; Ética a Nicómaco, Madrid, Alianza Editorial, 2010.
Ética a Nicómaco es, junto a Ética a Eudemo y Magna Moralia, uno de los libros que Aristóteles escribe en torno al tema de la ética, o lo que es lo mismo: en torno al tema de la reflexión sobre nuestros modos de vivir. En él se tratan temas como la felicidad, la amistad, la virtud y la justicia. (El libro data del siglo IV a.C.).
―MARCO AURELIO; Meditaciones, Madrid, Editorial Debate, 2000.
Las Meditaciones de Marco Aurelio (educado según las doctrinas estoicas) son una serie de pensamientos o reflexiones escritas para sí mismo en el siglo II d.C. y que persiguen ser recordatorio y alimento para ejercer su oficio como hombre en este mundo. El libro trata temas como la felicidad, la sabiduría, la vida, el presente, la muerte y el olvido.
― GARCÍA GUAL, Carlos; Epicuro, Madrid, Alianza Editorial, 2008.
Epicuro vivió en el siglo IV-III a.C., a él y a su escuela le debemos una concepción de la felicidad basada en el placer, pero no en el placer carnal, tal y como ha sido malinterpretado a lo largo de los siglos, sino basada en un placer consistente en la ausencia de dolor y en compartir la vida con los amigos. Aunque no se conservan más que algunas cartas y fragmentos originales de Epicuro, este libro nos habla de su vida y de sus ideas.

Y, aunque en los clásicos también podemos encontrar montones y montones de ideas en torno a este tema, como por ejemplo encontraríamos en filósofos como Epícteto, en Séneca, en Pirrón de Elis, en Zenón, Platón, Sócrates, etc., en una semana no da tiempo a leerlo todo, y creo que las tres obras aquí recogidas pueden depositar la semilla de la curiosidad en vuestro interior.

RELATIVAMENTE CONTEMPORÁNEOS:

― CAMUS, Albert; La muerte feliz
La muerte feliz es el nombre de la primera novela del escritor y filósofo francés Albert Camus. El tema existencialista de la novela es la "voluntad para ser feliz", la creación consciente de la felicidad propia, y la necesidad de tiempo (y dinero) para lograrlo. (Fuente: Wikipedia: La muerte feliz)
― HUXLEY, Aldous; Un mundo feliz
La novela anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía. (Fuente: Wikipedia: Un mundo feliz)
― A. CALLE, Ramiro; El libro de la felicidad, Barcelona, Ediciones Martínez Roca, S.A., 2000.
Esta obra de Ramiro A.Calle (yogui pionero en España) recoge una serie de cuentos orientales que giran en torno al tema aquí propuesto, cuyo objetivo no es otro que el de inducir a la reflexión.

MÚSICA:
Personalmente, no hay canciones que me hagan sentir y entender qué es eso de la felicidad de la forma más próxima posible que:

PELÍCULAS:
En relación a alguna de las preguntas planteadas anteriormente.


Dicho lo dicho, pues, os espero el día 27 de junio en el Embrujo de Granada, de 17:30h a 20:30h, cargados de ilusión, exentos de vergüenza y con muchas ganas de aprender. Insisto una vez más en el tema de las recomendaciones bibliográficas, musicales y cinéfilas: escribidme con aquellas que consideréis que pueden ser útiles para abordar el tema de la felicidad en alguno de sus aspectos.

¡Un fuerte abrazo y hasta pronto, filocafeteros!

domingo, 17 de junio de 2012

Filosofando en Albacete


En 1992 Marc Satuet funda el primer café filosófico en París. Y de un tiempo a esta parte, no sólo en París, sino en todo el mundo se celebran estas investigaciones. En España contamos con cafés en Madrid, en Salamanca, en Valladolid, en Granada, etc., y un grupo de personas hemos decidido que Albacete también debe contar con un foro adecuado en el que expresar sus inquietudes filosóficas.

Antes de nada, ¿EN QUÉ CONSISTE UN CAFÉ FILOSÓFICO?
Un café filosófico consiste en una mesa de diálogo organizada en un lugar público (un café, un bar…) con el fin de discutir un tema desde una perspectiva filosófica, intercambiando puntos de vista, inquietudes y esperanzas, partiendo de que el pensamiento no es sólo una caja de herramientas para resolver problemas prácticos y cotidianos, sino que nos da la posibilidad de plantearnos preguntas que vuelven más apasionante la vida.

Lo anterior nos lleva a dos preguntas: ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? Y, ¿QUIÉNES PUEDEN PARTICIPAR EN LOS DIÁLOGOS DE LOS CAFÉS FILOSÓFICOS?
La respuesta a la primera pregunta ha dado lugar a auténticos ríos de tinta pero, echando mano de la Real Academia Española podemos hacernos una idea bastante aproximada: “La filosofía es un conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano”. En tres palabras, “reflexionar para vivir”. Y, si bien la Filosofía ha sido siempre objeto de críticas tales como el estar alejada de la realidad cotidiana, el ser demasiado “abstracta”, lo cierto es que su raíz no es otra que la cotidianidad, y, más concretamente, la admiración que el mundo despierta en nosotros: la ilusión.  Y esto nos lleva a la segunda pregunta, pues si te sientes imbuido por la ilusión (o quieres estarlo) estás invitado a participar en los diálogos. Por lo tanto, ¿quién puede participar en los diálogos? Quien quiera, respetando una serie de normas razonables.

¿CUÁLES SON LAS NORMAS DEL CAFÉ FILOSÓFICO?
Básicamente podríamos señalar algunas como las siguentes, que podrían ser resumidas en palabras como “respeto”, “tolerancia”, y “libertad”:
1. El tema es elegido por las personas participantes por lo menos una semana antes de común acuerdo y conforme a las inquietudes surgidas en la propia mesa. En la sesión inicial es conveniente que el tema sea la explicación sobre ¿qué es un Café Filosófico?, a fin de que incluso la dinámica y definición de éste sea consensuada por el grupo.
Además, la intención de plantear los temas con una anticipación permite que el animador/moderador del café pueda enviar tanto preguntas “desestructurantes” (guía y motores de la investigación) y algunos textos para su consulta. La consulta de textos es opcional, nadie está obligado a leerlos, pero la propia dinámica del grupo irá fomentando la lectura individual de los mismos.
2. ¿Quién debe moderar? Todo el grupo debe ser el moderador de las intervenciones, sin embargo la exposición inicial será de quien haya propuesto el tema (si ella así lo desea) y la batuta de la sesión estará en manos del animador.
3. La exposición inicial del tema propuesto debe ser breve (no más de 15 minutos), para luego pasar a las participaciones, preguntas y comentarios de los participantes, las cuales deberán ser breves o suficientes (se sugiere que sean de máximo 5 minutos por intervención, pero sin ser esto una regla fija).
4. Las participaciones deberán solicitarse levantando la mano, para que entre todos observen el orden de las intervenciones, y cada cual tenga en consideración el tiempo de los demás. En caso de que el grupo no logre está dinámica, el animador puede intervenir todo el tiempo que sea necesario para guiar las intervenciones.
5. El animador podrá intervenir entre cada comentario para retomar temas que se dejen de lado o para explicar el orden de las intervenciones, así como para orientar las participaciones.
6. El animador evita las clases magistrales, las conferencias: su objetivo es alimentar las intervenciones.
7. Tiene prioridad en el turno de recibir la palabra aquel que todavía no ha hablado.
8. El animador debe tener siempre en cuenta que no se pretende que los participantes “aprendan”, sino que confronten, dialoguen y saquen sus propias conclusiones. Su función es inducir los “momentos filosóficos”, es decir, pasar de la opinión al pensamiento, dilucidar juntos conceptos y enfrentar los propios prejuicios.
9. Hay que evitar el "Café du commerce", la "conferencia" y el proselitismo, evitando las clases magistrales, las conferencias o los grandes discursos.
10. No hay “a prioris” sobre la importancia de los temas, sino que ésta es determinada según los intereses del grupo.
11. El animador está a disposición de los participantes, escuchándolos, y utiliza sus conocimientos para reconducir el las aportaciones, poniendo en marcha la mayéutica (método socrático).
12. Todos deben escuchar al que habla (respeto del turno de palabra).
13. Los participantes que hayan sido aludidos directamente tienen derecho a réplica.

¿DÓNDE SE REALIZAN LAS SESIONES?
De momento he hablado con el responsable de “El embrujo de Granada”, situado en el Paseo de la Libertad nº11 (al lado de la plaza del Altozano), que no tiene inconvenientes en reservarnos una sala las horas que nosotros decidamos siempre y cuando sea en un día entre semana, cosa que además es garantía de una mayor comodidad para nosotros (al estar más tranquilos y solos).
Lozalización de "El Embrujo de Granada" (punto B) y cómo llegar desde la plaza del Altozano (punto A)


¿CUÁNDO SE REALIZAN LAS SESIONES?
Mi propuesta es que las reuniones sean quincenalmente (2 por mes); en la reunión de prueba se sugirieron los miércoles por la tarde, quedando así, por ejemplo, el 1º y el 3º, por una parte, o el 2º y el 4º miércoles de cada mes.
Los motivos por los que hago esta propuesta vienen dados por el peculiar carácter de la filosofía, la cual considero que, de ser un camino de rosas, es uno lleno de espinas que, por tanto, requiere de tiempo para la curación y cicatrización de las heridas y verdades (aletheia, brecha, desocultamiento) descubiertas. La investigación filosófica es algo que remueve las almas como si de un cóctel que nunca va a beberse se tratara: continuamente. Y así, si se quiere, es necesario tiempo y reflexión para que los efectos del mareo pasen y den paso a la pasión y a la ilusión por querer saber todavía más (filosofía viene de “filo” y “sophía”, palabras griegas cuya unión viene a significar “amor a la sabiduría”).

¿DÓNDE PUEDO ENTERARME DE LAS ACTIVIDADES DEL CAFÉ?
Las actividades irán siendo recogidas en mi cuaderno de notas durante las sesiones, del cual extraeré más tarde un resumen de las intervenciones y temas tratados que publicaré en http://cafefilosoficoalbacete.blogspot.com.es/ , en la página de Facebook y por correo electrónico para guiar a futuros participantes y refrescar (o reforzar)  la memoria a los que ya están respecto a los asuntos ya tratados y futuros temas a tratar en sesiones venideras.

¿ES NECESARIO COMPROMETERSE A ASISTIR?
Para crear un ambiente adecuado para la reflexión, teniendo en cuenta las limitaciones temporales de la tarde, espaciales del lugar (que por muy embrujado que esté contiene un número limitado de sillas), y temáticas de la reunión (un número de gente adecuado para tratar un problema o asunto de forma tranquila, con tiempo a debatir sosegadamente las aportaciones), sería recomendable que, al igual que otros cafés filosóficos de España, el grupo cuente con unos 5-15 miembros con posibilidad de, si este número es sobrepasado, crear otro grupo.
Cada persona asiste cuando puede y se compromete en la medida de sus posibilidades y apetencias. Así pues, no es necesario “comprometerse”, y pueden llegar miembros nuevos de continuo, siempre que el número de asistentes no sobrepase aproximadamente los 15 mencionados: no obstante, advierto que las recompensas a la permanencia son tales como conocer gente nueva y afín a nosotros, esclarecer cuestiones que siempre nos han preocupado y adquirir una mayor cultura y conocimiento de ésta.

¿CUÉSTA DINERO?
La actividad en sí no cuesta más dinero que la consumición que se tome en el café, por otra parte, necesaria para mantener la mente fresca y la voz clara; yo gano lo mismo que el resto de los asistentes: la posibilidad de reflexionar en diálogo abierto, de escuchar, de aprender, de superar la timidez para hablar en público y adquirir cada vez una mayor capacidad expositiva y dialéctica, de ser inducido a la reflexión y, al fin y al cabo, alcanzar una vida mejor, una vida pensada y querida: una vida feliz (algo cuyo valor, de ser adquirido, por ser éste incalculable, podría hacerme valedor del calificativo de estafador, al ser mi aportación como animador tan ínfima al lado de tal recompensa).
Se trata, al fin y al cabo, de una simbiosis, el café tiene clientes y nosotros tenemos un espacio agradable y tranquilo en el que llevar a cabo nuestra actividad filosófica grupal.

Así pues, os animo a participar, a vencer la vergüenza y darse a la experiencia: Albacete necesita un espacio como este y… ¡tú también! Así pues, acojámonos al lema de la Ilustración y gritemos: “Sapere Aude!” (“¡Atrévete a saber!”). Comencemos esta aventura en la que nadie aprenderá Filosofía, mas todos aprenderemos a filosofar (como pensaba Immanuel Kant al respecto de los resultados de esta actividad) con perseverancia e ilusión.

 (Fuente que podéis consultar para una ampliación de lo dicho:
Para más información contactar con Eduardo Oliver Rozalén en facebook o en mi correo electrónico, cafe.filosofico.albacete@gmail.com